Ads Top

Cómo un periodista le hizo creer al mundo que el chocolate adelgaza



Llegamos al punto de leer en los medios que cualquier alimento produce cáncer o cura el cáncer, a veces el mismo plato hace las dos cosas al mismo tiempo. Lo mismo con las dietas, todo engorda o adelgaza. La ciencia dejó de importar, ahora sólo vale poner una imagen sexy y sugerir que eso que siempre creíste que hacía bien, en realidad hace mal. O al revés.

Los productores alemanes Peter Onneken y Diana Löbl querían filmar un documental sobre lo fácil que es decir una estupidez alimenticia, salir en todos los medios y salir impune. Así que contrataron a John Bohannon, quien en 2013 había mandado un estudio lleno de verdura a 340 revistas científicas, y un 60% se lo aprobó. (Casualmente hablamos de él en Peer Review, el dios de los científicos)

Hicieron un ensayo clínico real: reclutaron a varias personas y les indicaron que hagan cierta dieta. Luego relevaron los datos, hicieron estadísticas de verdad y lo publicaron. "Nuestro estudio es bastante típico en el mundo de las investigaciones dietarias. O sea: como ciencia, fue terrible. Los resultados no significan nada, y los consejos de salud con que los medios bombardearon a millones de personas, no tienen fundamentos", explica Bohannon en un extenso y detallado artículo en io9.

El objetivo de la investigación era que se viralice, y qué mejor que usar el chocolate, qué básicamente es azúcar y grasa. Y decir que adelgaza es shockeante. Un oxímoron. Como cuando Arjona dice "dame el remedio para no curarme nunca", o "santo pecado", bueno eso, no quiero seguir leyendo letras suyas.

Y para que la investigación sea un poco más seria que Arjona, Gunter Frank, el líder del ensayo, decidió usar chocolate muy amargo, con más de 80% de cacao. "El chocolate amargo sabe mal, así que uno puede creer que es bueno. Como la religión", argumentó.

Del experimento participaron 5 hombres y 11 mujeres de entre 19 y 67 años, que se dividieron en tres grupos. Uno siguió una dieta baja en carbohidratos, y el otro igual, pero con una barra de chocolate amargo de 43g por día, y al tercero no se les dieron indicaciones. Los tres durante 3 semanas. Al terminar el experimento, descubrieron que los dos grupos que hicieron dieta perdieron en promedio 2,2Kg (coman chocolate o no), mientras que el otro grupo no varió.

¿Por qué el estudio no sirve para nada?

  • Ni siquiera estaban buscando el peso
Hicieron 18 mediciones distintas: peso, colesterol, niveles de sodio, algunas de las cuales eran muy subjetivas como: bienestar general o calidad de sueño. La idea era encontrar alguna (cualquiera), que sea "estadísticamente significativa". En el mundo científico, algo es "estadísticamente significativo" si hay menos de un 5% de probabilidades de obtener esos resultados por azar. Dado que habían medido 18 cosas distintas, tenían más de un 60% de probabilidades de encontrar "algo". No importaba qué. Y ese "algo", fue la variación de peso.
  • Los grupos eran muy chicos.
Una mujer sólo por estar en su período menstrual, puede variar su peso en un par de kilos en pocos días. A esto sumémosle que quizás una de las personas decidió hacer dieta por su cuenta y mucho ejercicio, y movió la aguja del promedio. Para evitar estas cuestiones particulares se usan grupos grandes. Cuanto más, mejor. Cientos o miles de individuos, variados en género, etnia y edad. Acá eran grupos de 5 o 6. El promedio variaba incluso si uno se cortaba las uñas.
  • A los participantes del grupo control, ni siquiera se les preguntó qué comieron.
Podrían haber comido lasagna todos los días, o haber hecho menos ejercicio. No hay forma de saber si siguieron su conducta habitual.


Una vez encontrado el resultado, fue cuestión de ver dónde publicarlo. Y como vimos en el artículo anterior, hay cientos de journals depredadores dispuestos a publicar cualquier basura a cambio de un par de cientos de dólares.

Luego fue cuestión de apelar a la pereza de los periodistas. Armaron una página web de Wordpress sobre un tal Institute of Diet and Health, y publicaron un comunicado de prensa con un título llamativo, citas divertidas. Y poco más que eso. Ni siquiera mencionan el número de participantes en el experimento. El último paso fue enviarlo a la empresa PR Newswire que se encarga de difundir cables a los medios.



En poco tiempo lo habían publicado en el Daily Star, Irish Examiner, el sitio web alemán de Cosmopolitan, el Times de India, el Huffington Post de Alemania e India, y a la televisón en Texas y Australia. Nadie googleó el nombre del autor: Johannes Bohannon, que por cierto no existe (el autor tiene ese apellido pero se llama John y es científico en biología molecular de bacterias, y periodista). Ni del instituto, que tampoco existe y tiene 12 posteos desde febrero de este año (ninguno basado en ningún paper). Ningún periodista le preguntó con cuántas personas se hizo la investigación, ni contactó a otros profesionales para contrastar el estudio (el abc del periodismo).

Avance del documental sobre el experimento

"Hay un destello de esperanza en esta historia tragicómica", concluye Bohannon, "A pesar de que muchos periodistas se tragaron nuestros descubrimientos, muchos lectores fueron escépticos. Entre los comentarios, encontramos muchas preguntas que los periodistas deberían haber hecho, como: ¿Por qué no hicieron un recuento de las calorías consumidas por cada grupo? o El dominio de la página del Instituto fue registrado a principios de marzo, y todos lo publican como si fuera algo serio".

Colegas Periodistas: aprendan a usar Google, lean los papers, preocúpense un poquito en saber si lo que dicen es verdad. Porque el público sabe hacerlo.

Colegas gordos: el secreto es gastar más energía de la que comemos. Comer variado, menos cantidad y hacer ejercicio. El chocolate tiene muchas calorías en poca cantidad. La magia no existe.


Y recomiendo, por tercera vez: Peer review: el dios de los científicos.

No hay comentarios.:

Con tecnología de Blogger.